El estudio de los anillos de un árbol proporciona información sobre lo que ocurrió a su alrededor en un determinado periodo de tiempo.
La dendrocronología estudia los anillos de un árbol, que es el registro de su crecimiento. De esta forma se puede saber qué acontecimientos sucedieron en un determinado lugar, en un peridodo de tiempo. Esta ciencia hace posible fechar de forma aproximada la edad de la madera así como el clima acaecido.
Por ejemplo, tal y como vemos en la imagen, la forma y tamaño de los anillos nos dan información sobre lo que pasó a lo largo de la vida del árbol:
1913: el pino nace en un bosque pirenaico.
1918: el crecimiento es rápido gracias al sol y la lluvia; anillos anuales anchos.
1923: el árbol crece inclinado, tal y como indica el anillo anual elíptico.
1933: los anillos estrechos indican que le llega menos sol y agua; probablemente por algún árbol vecino le “roba” el sol y el agua.
1936: desaparece lo que quitaba sol y agua; los anillos vuelven a ser anchos.
1939: un incendio daña la corteza por uno de los lados, pero afortunadamente el árbol sobrevive y regenera la madera alrededor.
1951: un largo periodo de sequía provoca que aparezcan anillos muy estrechos.
1966: crecimiento escaso probablemente por la presencia de una plaga de insectos.
Fuente: Centro Integrado de Formación Profesional de Almázcara
Esta ciencia proporciona información fundamental es distintos campos. Desde el estudio de la climatología de una zona hasta la datación de obras de arte.
Pero tal y como apunta este artículo la detrología también ayuda a conservar la biodiversidad. “Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid proponen utilizar la dendrocronología para mejorar la gestión y conservación del pino laricio (Pinus nigra) en el Sistema Central penísular.” El trabajo ha sido dirigido por una investigadora de la EUIT Forestal de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).