La bioeconomía circular pretende conseguir un modelo productivo más sostenible, minimizando la generación de residuos e integrando por medio del reciclaje la mayor parte de los que inevitablemente se generen.
La bioeconomia circular quiere acabar con el insostenible modelo lineal “fabricar, usar y tirar”. Tal y como señalan en este artículo publicado en Solutions Journal, hay que invertir en la naturaleza para transformar la economía. Para ello traza un plan de 10 puntos para crear una bioeconomía circular y así lograr un bienestar sostenible.
- Marcar como objetivo el bienestar sostenible
- Invertir en naturaleza y biodiversidad
- Asegurar una distribución equitativa de la prosperidad
- Repensar de manera integral la manera de gestionar nuestra tierra, alimentos y salud
- Transformar los sectores industriales
- Reimaginar las ciudades a través del punto de vista ecológico
- Crear un marco regulatorio propicio
- Aportar innovación con propósito a la agenda política y de inversiones
- Garantizar el acceso a la financiación y mejorar la capacidad de asumir riesgos
- Intensificar y ampliar la investigación y la educación
La recuperación tras la crisis de COVID-19 es una enorme oportunidad para transformar el actual modelo hacia una economía circular que se centre en la naturaleza y el bienestar sostenible. Debemos invertir en la naturaleza como el verdadero motor de nuestra economía.
Un ejemplo de la aplicación de la economía circular lo encontramos esta planta de reciclaje de Lumier, en Navarra. La asociación Josenea produce un compost elaborado a partir de resíduos orgánicos para luego emplearlo en la agricultura ecológica de sus propias plantas de infusiones y tés. Rtve les hizo un interesante reportaje: