La madera es una de las materias primas más antiguas cuyo aprovechamiento se realiza desde el origen de los tiempos. Fuente de energía y material para construcción o decoración entre otros usos, se emplean distintas partes del tronco según lo que vayamos a fabricar posteriormente, realizando así un aprovechamiento de la madera integral. En este artículo te explicaremos para que se emplea cada parte de un árbol.
Tipos de árboles madereros
Aunque actualmente se conocen más de 100.000 especies maderables, solo 500 de esas especies son aprovechables para comercializar con su madera. Cada madera varía según la especie del árbol e incluso dentro de la misma especie hay diversidad de características en función del lugar de crecimiento. Aún así, casi todas las maderas comparten características comunes. Si clasificamos las maderas en relación a su dureza podemos hablar de maderas duras, como el roble, arce, haya o nogal y maderas blandas como el pino, el abeto, el abedul o el ciprés.
Las maderas duras se extraen de árboles con crecimiento lento y que alcanzan su grado de madurez tras décadas de desarrollo. Soportan mejor las inclemencias del tiempo y aunque su lento crecimiento también implica mayor escasez, son maderas más atractivas y longevas.
Los árboles de maderas blandas, por el contrario, tienen un crecimiento rápido y su madera es más ligera. También tienen un ciclo de vida más corto, aunque su manipulación es más sencilla y accesible. Genera más astilla que la madera dura y cuenta con menos veteado, por lo que resulta menos atractiva que la madera dura y en ocasiones se hace necesario protegerla. Si vamos a usar la madera blanda en exterior, es imprescindible aplicar tratamientos específicos para alargar su duración natural, como el tratamiento autoclave o por inmersión con sales de cobre.
Aprovechamiento del árbol para uso maderero madera de frondosas (roble)
Además del nivel de dureza o resistencia propia de cada especie, los árboles cuentan con diferentes partes aprovechables para uso maderero. En este post vamos a comentar los usos de las distintas partes del tronco de las frondosas, en concreto del roble.
La parte inferior, más cercana a las raíces es la que utilizamos para fabricar chapa. Es la parte más limpia de nudo. Esto es un requisito fundamental para poder fabricar la chapa de madera de apenas unos milímetros. Esta chapa resulta del desenrollo del tronco, que se procesa para conseguir finas láminas que se convertirán en estas piezas utilizadas sobre otras maderas o tableros con un fin estético. Por ejemplo, la capa noble de la tarima multicapa; el interior es de una madera de calidad inferior y la parte visible es esta chapa de madera de alta calidad.
Sobre esta parte del tronco encontramos la madera utilizada para fabricar duelas, tablas empleadas para fabricar barricas, toneles o barriles de madera. Son piezas porosas y flexibles que son capaces de absorber el líquido y aroma, pero con una estructura que evita que las barricas tengas fugas. Por eso es muy importante la manera en que serramos la madera. Hablaremos en otro post sobre los diferentes tipos de serrado en función del tipo de producto que se quiere obtener, como cambia el dibujo de la tarima según se realice el serrado de una manera o de otra.
Según vamos subiendo el tronco del árbol encontramos la madera con más nudos y peculiaridades. Es por eso que el siguiente segmento se emplea para madera destinada a carpintería y construcción. De esta parte obtenemos la tabla para fabricar nuestra tarima maciza, y fabricamos madera estructural como vigas, viguetas y traviesas para uso ferroviario
Sobre él la pieza para traviesas decorativas, la parte más estrecha del tronco y con más nudos. Las traviesas fabricadas con este segmento del tronco se destinan a uso decorativo en jardines, escalones y otras obras de restauración.
Restos de madera y ramas: el aprovechamiento de madera en biomasa
Una vez llegamos a la copa del árbol nos encontramos con las ramas, de mayor o menor grosor que se aprovecha principalmente para la fabricación de biomasa. Es muy importante que durante el procesamiento de la madera los restos de madera y ramas no se queden en el monte por el posible riesgo de incendios que ello acarrea. Además, el desperdicio de 3 kg de biomasa equivale a un litro de gasolina, por lo que el aprovechamiento integral supone la obtención de una energía renovable, limpia y rentable que nuestro ecosistema necesita.
El aprovechamiento de la madera y su importancia en el ciclo ecológico
Como mencionábamos en anteriores artículos, el uso de la madera tiene un importante valor ecológico. La selvicultura – ciencia que aplica técnicas a las masas forestales para garantizar la perpetuación de los bosques – nace en el siglo XVII como garantía del correcto aprovechamiento de la madera.
Estas técnicas incluyen el uso de la madera como parte fundamental asociada al cuidado de los montes y el medio ambiente. El uso de la madera hace rentables a los montes y con ellos se facilita su gestión evitando plagas e incendios. Sin duda el aprovechamiento integral de la madera, unido a una correcta gestión forestal, es vital en la sostenibilidad ambiental, social y económica. A ello nos referimos en nuestro anterior artículo sobre la gestión forestal sostenible en el que señalábamos los aspectos más relevantes para la conservación de los bosques y cómo García Varona realiza esta explotación sostenible.