Proyectado en la isla de Cebú en Filipinas, el edificio residencial The Rainbow Tree integra los principios del bioclimatismo pasivo.
Tal y como recoge este artículo de ArchiExpo, The Rainbow Tree es un edificio residencial con doble certificación ambiental (LEED + BERDE). La torre orgánica integra los principios del bioclimatismo pasivo o Passivhaus y las energías renovables avanzadas.
El estudio de arquitectura con sede en París Vincent Callebaut Architectures ha presentado el diseño de esta torre de 115 metros de altura que alcanzará las 32 plantas y 300 apartamentos.
Tal y como indica el estudio de arquitectura: “En un momento en que necesitamos encontrar soluciones radicales para reducir la huella de carbono global, hemos diseñado una torre construida de madera maciza, ya que es el único material natural, abundante y renovable”.
El Rainbow Tree forma una pila geométrica escalonada de 1.200 módulos de madera laminada. Estos módulos de madera están inspirados en el “Bahay Kubo”, también conocidas como “Nipa Huts“: tradicional casa rural filipina. Son casas cúbicas construidas con materiales naturales del bosque, como madera, bambú y hojas de palma.
Construcción en madera laminada cruzada
La torre se construirá utilizando un CLT (Cross Laminated Timber) o madera laminada cruzada. La fabricación de esta madera requiere mucha menos energía que el hormigón o el acero. Además no genera gases de efecto invernadero. Producir 1 tonelada de hormigón genera 2.42 toneladas de CO2 y producir 1 tonelada de acero genera 0.938 toneladas de CO2. Ya hablamos de la huella del carbono en este post.
En cuanto a la resistencia al fuego, la madera arde lentamente y no libera humos tóxicos. Transmite calor 250 veces más lentamente que el acero fundido. 10 veces más lentamente que el hormigón, que se agrieta bajo los efectos de las llamas.
La torre estará adornada con más de 30,000 plantas, arbustos y árboles tropicales. Un soplo de aire fresco en el Parque Empresarial Cebu, que está construido principalmente con hormigón y acero. Este bosque urbano permite luchar contra los efectos del calor que desprenden los edificios. La transpiración de las plantas bioclimatizarán naturalmente el espacio público. Además, las plantas capturarán 150 toneladas de CO2 en la atmósfera de la Ciudad de Cebú anualmente. Las transformará en oxígeno a través de la fotosíntesis natural.